ULADECH CAÑETE: UNA VERGÜENZA NACIONAL...
“El nivel más bajo al que puede caer una universidad peruana, es regalarle una nota a un estudiante por ir a una marcha” (Rosa María Palacios).
Escribe: Guillermo Peña H.
Seamos claros en algo, ni el estudiante ni los padres de familia saben cuál es la calidad de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote (ULADECH). Lo poco que conocen lo han sabido por medio de la publicidad emitida a través de los medios de comunicación y de la promoción que se transmite de persona a persona (recomendaciones de amigos y por la evaluación de costos que hacen, los que resultan “cómodos” para la economía familiar), de acuerdo a estos factores toman una decisión para definir su futuro profesional.
Pero, si la libre información fuera expuesta sin restricciones ni conveniencias, la historia educativa en nuestra provincia, y país, fuera completamente distinta. Por ejemplo:
• Si les dijeran que más del 60% (y me quedo corto) de egresados de esa universidad no consigue trabajo, ¿creen que los padres matricularían a sus hijos en dicha institución?
• Si les dijeran que los promotores de esa universidad básicamente tienen como fin cobrar millones de soles de sueldo mensual, ¿qué pensarían los tutores de los alumnos?
Toda esa información que debe ser relevante para que los padres de familia tomen una decisión sensata y razonable, no está disponible. ¿Y esto qué genera? Que los estudiantes y sus padres hagan esfuerzos heroicos para que al final de la carrera terminen siendo estafados, porque no consiguen un trabajo. Ese es el problema medular.
La Nueva Ley Universitaria (que debe ser adecuada con propuestas concebidas por los mismos estudiantes) busca crear un organismo que retire definitivamente del mercado a aquellas instituciones educativas que son una estafa, y dé masiva información a los padres de familia y los alumnos sobre la calidad, el ranking y la acreditación que tiene cada universidad. ¿Díganme si es o no una buena idea?
La Asamblea Nacional de Rectores (ANR) está adscrita al Ministerio de Educación (MINEDU), exactamente igual que la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (SUNAU) que propone la Nueva Ley. Es decir, no se puede crear —de acuerdo a la concepción y exigencia de la ANR— una superintendencia de educación universitaria constitucionalmente autónoma sin antes reformar la Constitución Política del Perú (para hacerlo se necesitan dos o tres legislaturas, y no hay tiempo). Entonces se crea una institución adscrita al MINEDU. Lo cierto es que, con la proliferación de universidades tanto privadas y públicas de pésima calidad, se está estafando descaradamente a la gente. La SUNAU pone requisitos muy complejos para que alguien constituya una universidad: vigilar que todos esos requisitos operen y se mantengan en vigencia y que no existan conflictos de intereses, todo eso en resguardo del público, del alumnado y de los padres de familia que pagan la cuenta. Pero claro, en un sistema como el nuestro, donde las universidades hacen lo que se da la gana, nadie quiere someterse al orden con el argumento de que están violando su autonomía. Pero hay leyes que se tienen que cumplir, quieran o no.
Hace un tiempo ULADECH-CAÑETE publicó un comunicado dirigido a sus estudiantes, la cual los comprometía a participar de una marcha programada para el martes 14 de mayo del presente en la capital del país, que se opone a la aprobación de la Nueva Ley Universitaria que se debate actualmente en el Congreso. En el comunicado ofrecen dos buses de ida y vuelta (Cañete-Lima), polos para cada estudiante, los refrigerios, y edulcorándolos con el beneficio en los cursos del Semestre 2014-I; es decir, esta universidad regala notas a los alumnos que colaboren con la causa. Esto demuestra que bajo el lema de la autonomía y el no rendirles cuenta a nadie, los promotores de ULADECH manipulan y utilizan de escudo a los estudiantes cañetanos, convirtiéndolos en tontos útiles y cogiendo el presupuesto de la institución para invertirlo en recursos que no permitan que el negocio redondo a base de incautos sea cancelado definitivamente.
Esta denuncia ha trascendido a medios masivos de la capital del país, como en Rosa María Palacios en Radio Exitosa, donde los jóvenes cañetanos han sido motivo de burla y desprestigio para la colectividad educativa limeña. Y no es para menos, mientras los alumnos de la San Marcos enfrentan varios procesos de expulsión por exigir calidad en al educación a sus rectores, aquí en nuestra provincia los jóvenes prefieren tomarse fotos en la Plaza Mayor y llevársela fácil en los cursos del semestre. Qué cruda realidad la nuestra.