EL EXILIO DEL INFORMADOR GRANUJA (Diatriba)...
Escribe: Guillermo Peña H.
“No hay culpa en nacer sin dotes excepcionales; no podría exigírseles que treparan las cuestas rocosas por donde ascienden los ingenios preclaros. Merecerían la indulgencia de los espíritus privilegiados, que no la rehúsan a los imbéciles inofensivos”, sentencia el extraordinario positivista José Ingenieros a través de su ensayo (El hombre mediocre, 1913).
Pronto se integrará un tuerto a nuestra circunscripción de ciegos con una propuesta demagógica perfecta a encajar en esta época electoral donde la supuesta calidad y experiencia periodística aprehendida en la capital exige una suma cuantiosa en los tratados contractuales que de seguro van a firmarse entre el nuevo prospecto informativo local —recientemente expectorado de un medio con cobertura nacional y rechazado en otras tres casas televisivas— y los impresentables y angurrientos candidatos, aspirantes al poder en la provincia y región; contratos con cantidades interpuestas cuyo concepto será la difusión y divulgación de la publicidad de campaña (aunque al final todo se direcciona hacia un objetivo común: avalar a los clientes políticos desde un espacio periodístico). Publicidad segura.
Y es que con esto Cañete se convierte en el exilio de los deportados, en el orfanato de los bastardos televisivos, en el bunker de los oportunistas que actúan inoportunamente ante las grandes oportunidades laborales; en el hogar de los sin conciencia, de los sin ética profesional, de los irresponsables con sus obligaciones morales y familiares. Esos granujas son los que nos inculcarán justicia, respeto y compromiso con la sociedad, quienes fiscalizarán y lucharán desde su trinchera contra esa política privatizada y corrupta que gobierna con impunidad.
Peor aún, bribones como éste, son venerados por las ya conocidas bestias de la prensa local y catalogados como un gran ejemplo a seguir. ¿Quiénes van a juzgar por sus defectos a alguien a quien ellos mismos consideran su maestro y guía? Muy a pesar de conocer cuánto han aportado sus conferencias en el respetable oficio del periodismo. Todos sabemos cuánto ha cambiado el desempeño de sus estudiantes, conciudadanos nuestros, luego de aplicadas sus magistrales y bien marketeadas enseñanzas sabatinas. Nada.
Y es que estamos invadidos por una especie desprovista de intelectualidad, por precarios en producción y real conocimiento en la aplicación de la información que, en nuestra provincia, se ha vuelto un mal degenerativo: comunicadores con evidente ignorancia y ordinariez, que ven en las redes sociales a su única fuente y sustento para llenar ediciones diarias de programas informativos; indigentes que deambulan en las instituciones públicas solicitando una dádiva para cubrir una nota o conferencia de prensa, mendigando por una publicidad; deslenguados que distorsionan y asesinan el idioma; cómicos matutinos autoproclamados líderes de opinión que no leen más que el inbox del féisbuc ON AIR y que dan garantía a las notas “sin confirmar”; “calumnistas” (como llamaba Chabuca Granda a los articulistas de los tabloides) al mejor postor; Conductores de TV que venden entrevistas a cambio de fervor político. Pura bestialidad.
Esto es lo que tenemos: MADE IN CAÑETE, y algunos trascendidos que superan las expectativas del estereotipo antes descrito, devueltos desde Lima. Ya se imaginarán por qué les rinden loas y pleitesías al tuerto POR-VENIR. Qué desperdicio.
Ante lo expuesto, quiero terminar citando nuevamente al genial ensayista, filósofo y psicólogo argentino, mencionado al principio de esta perorata: “Los mediocres, lo mismo que los imbéciles, serían los acreedores a esa amable tolerancia mientras se mantuvieran a la capa; cuando renuncian a imponer sus rutinas son sencillos ejemplares del rebaño humano, siempre dispuestos a ofrecer su lana a los pastores”. — con Primera Linea Peru.