NADINE: DE REELECCIÓN CONYUGAL A SALVATAJE POLÍTICO…
Después de casi dos años de gobierno del presidente Ollanta Humala, la primera dama, Nadine Heredia, ha declarado, ahora sí, con meridiana claridad que no postulará a la Presidencia de la República, el 2016. Se descarta así un proyecto de reelección, que había pasado rápidamente de verde a maduro, con los costos políticos que las cifras de las encuestas golpearon fuertemente Palacio de Gobierno, el último mes.
Despeja así, uno de los nubarrones más oscuros del futuro político peruano. La hace, además, en un momento en que el mismo presidente se encuentra en el momento de mayor aislamiento político en lo que va de su mandato. El fujimorismo ha pasado a la oposición abierta y frontal, luego de la negativa del indulto a su líder. El Apra siente que la campaña sobre el tema de los llamados "narcoindultos" es para alejar a Alan García del 2016. La izquierda ha dejado sentir su rechazo en la calle, el día de ayer, luego del maltrato recibido por el propio presidente Humala. Toledo está maniatado, con las acusaciones sobre el origen de los fondos de su suegra y que se deslizan por los peligrosos terrenos del financiamiento de su campaña.
En ese contexto -y con el nivel más bajo de aprobación del gobierno-, Nadine Heredia ha dejado sin piso la contracampaña contra el gobierno y ha retirado el tema de la agenda pública.
Sin embargo, también es cierto que el Partido Nacionalista (PN) se queda sin figura política relevante para el futuro inmediato. Una postulación presidencial con invitado, corre el riesgo de convertirse en un proyecto descabezado, como ocurrió con Perú Posible y sus efímeros candidatos Rafael Belaunde y Janet Emanuel o el Apra con Mercedes Araos. Al final de sus gobiernos, el primero se redujo a dos escaños y el segundo a cuatro.
Nadine Heredia, al descartar su postulación presidencial, oxigena el presente y tiene la oportunidad abierta para ver el futuro. Es una mujer inteligente, carismática y que ha ganado mucha experiencia en estos dos años, de un total de cinco que estará en el gobierno.
Se cierra así la puerta a una candidatura asfixiante, pero se abre la posibilidad de la construcción de un liderazgo político propio de Nadine Heredia. Los escenarios no están, por lo tanto, cerrados.