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Luego de Cinco Años del Sismo: PISCO NO OLVIDA...El Mar También Destrozó las Familias

Luego de Cinco Años del Sismo: PISCO NO OLVIDA...El Mar También Destrozó las Familias


En Pisco todavía se respira el olor de la muerte y el llanto de las familias sobrevivientes aún riega el camposanto 15 de Agosto. El viento y las olas se estrellaban en los peñascos de la playa Lagunillas; el altivo Sol como siempre besaba el mar; la noche caía y el viento seguía soplando nada inusual para Luis Muñante Medina.

Era una costumbre que, junto con los últimos chispazos del Astro Rey que dejaba pasar las calmadas olas, Luis, su hermana Delma, la mamá de ambos Victoria Medina Morales y su cuñada Gloria Pecho tomaran la cena y tras una breve conversación se retiraran a dormir.
Todos dormían y el reloj marcó las 6:41 minutos aquel 15 de agosto de 2007.

Ocho minutos después del fuerte remezón de la tierra, una primera ola inundó la vivienda de la familia hasta la rodilla de todos sus integrantes.

Doña Victoria se aferró del brazo de Luis para abandonar la vivienda y este último estaba confiado que lo peor ya había pasado. Sin embargo, el bravo mar tenía contenida su furia. Una segunda ola destrozó su casa y a toda su familia.

Tras el primer maretazo, Luis junto a los familiares retiraban el agua de la cocina. Diez minutos después, el señor Villa, un amigo suyo, acudió a su vivienda y le propuso abandonar la ribera e irse a la peña.
Salió en busca de ayuda porque no podía trasladar solo a su anciana madre y su hermana Delma que sufría de artritis. "Perdí como seis minutos. Regreso a mi casa y me agarra la segunda ola", recuerda.

MARETAZO. Ahora el agua le llegó hasta el pecho y logró subir al mostrador de cemento de su restaurante. Delma y Gloria desaparecen. El agua subía y ya llegaba al techo. Deciden junto a su madre, a quien tenía aferrada del brazo, abandonar la vivienda.

Doña Victoria pese a su edad recordó su juventud y mujer de alta mar, y nadó por 25 minutos en la oscuridad y fría agua junto a su hijo. Luis de pronto sintió las manos de su madre en sus brazos. Le pedía ayuda porque ya no podía seguir batallando contra el mar.

El hijo literalmente se puso sobre los hombros en el gélido mar a Victoria pero pronto se cansó y empezó a ahogarse. Su madre le soltó porque tocó tierra. La anciana mujer saltó y un pedazo de un barco destrozado le impactó en la cabeza y falleció.