¡Generamos confianza, porque respiramos libertad!

RECORDANDO A MARIA ELENA MOYANO...

RECORDANDO A MARIA ELENA MOYANO...

Recuerdo una mujer delgada, morena, alta por el promedio de las mujeres de Villa El Salvador, que se movia con mucha naturalidad, que observaba todo, que se ponía seria, y que, de repente, se le dibujaba una amplia sonrisa en su cara, como para que nadie se preocupara más y se animara en la conversación. Era Maria Elena Moyano, una mujer estraordinaria que ha dado el Perú para nuestra historia nacional moderna.


Maria Elena juntaba en su persona todas las habilidades proprias de las mujeres del Perú: una inmensa capacidad de escuchar, una increible fuerza para sacar adelante las situaciones más difíciles, una iniciativa creadora y, junto a todo ello, una alegría, un gusto por la fiesta, por la risa y la broma tan propias de la raza morena que llevaba con orgullo hasta tal punto que le gustaba que le dijeran “la Negra”...


En momentos, vamos a decir “normales”, que vivimos en el Perú María Elena fue aprendieno desde el arenala a comprender mejor al Perú ... preguntándose los porqués de unas situaciones claramentes tan injustas que no deberían darse en el Perú y en ninguna parte del mundo.


Y mientras iba haciendo su vida como estudiante, como animadora de escuela inicial, como joven enamorada, como esposa y como madre, se vio comprometida con la situación de la mujer popular, y, ya con fuerte convicción, se comprometió a cambiar esta situación, organizando a las mujeres, formando dirigentes, relacionándolas con los demás sectores, con la economia, con la política, con las ideas, con el poder (generalmente en las manos de los hombres). Y más tardes, en momentos muy dificiles y peligrosos, supo enfrentar las crisis, defender la paz, condenar la violencia y la muerte, pero siempre trasmitiendo confianza y optimismo y una alegría contagiosa que no pudieron anular ni las amenazas de los poderosos, ni las calumnias de los envidiosos ni las bombas criminales de los asesinos.


Fueron 20 años de trabajo conjunto y porsupuesto que María Elena marcó mucho mi vida y mi trabajo hasta el día de hoy ... Admiro en ella esta capacidad de aprender, de cambiar, de dialogar ... de reir y festejar, cada momento de la vida. El 15 de febrero de 1992 sigue siendo el día más triste de mi vida ... Se que María Elena no me lo perdonaría, así que le seguiré haciendo caso intentando trasmitir alegría, valorando con todos los que me rodean, la vida ... una vida digna para todos. (M.A.)